En esta entrada le toca el turno a la Vespa que tuvo el
socio ya hace años, una vespa de color rojo muy chula pero que estaba pidiendo
un cambio a gritos, así que sin demora la moto paso al salón de belleza.
Lo primero de todo fue desmontar la moto por completo para
poder trabajar sobre las partes a pintar sin que ningún elemento molestara, luego
una vez lijada y decapada, se alisaron las formas y molduras de la parte
trasera y se le dio un tratamiento anti óxido de protección, para después
pintarla de color negro mate.
El motor que traía la moto de origen era el de la Vespa
Primavera con encendido por platinos, y se sustituyó por el de una Vespa PX125,
con encendido electrónico.
Para la parte frontal se cambió el manillar de origen por
uno de una Vespino del año 1969, al que
se le adaptaron las marchas y se le reubico el marcador.
Las llantas de aluminio originales se despreciaron para
ponerle unas cromadas, igual que el cambio de amortiguador original por uno
nuevo de color rojo, que contrastan con el color tan apagado del negro mate.
El nuevo asiento de fabricación artesanal en piel de color
granate, de dan un perfil más bajo a la moto y hace juego con el rojo de la
amortiguación.
Los pequeños detalles de las nuevas piezas como las molduras
cromadas, tapa cromada del motor, espejo negro estilo retro, piloto trasero,
visera negra del foco, etc, acaban de vestir y de embellecer la Vespa del
Socio, que a criterio nuestro esta lista para salir del salón de belleza y
ligarse a cualquier curioso o curiosa que le eche el ojo.
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